Nunca Mas a las sangrientas dictaduras y devastadores planes económicos




A 46 años de aquel horror impuesto por las fuerzas militares de nuestro país, avalado por el aplastante dominador de países emergentes para la dependencia eterna, convalidado por sectores civiles y religiosos locales, aun hoy seguimos buscando hijos y nietos, desaparecidos, secuestrados, asesinados y apropiados por la impiadosa dictadura militar que manejó los destinos de la Argentina en los peores años oscuros.
Pero eso no fue y no es todo. Hay una gran parte de esa historia teñida de negro que sigue teniendo la misma vigencia que hace 46 años en la Argentina.
Ya no es la imposición mediante las armas la que nos inflige tanto daño, sino la dominación hegemónica de un monopolio mediático capaz de inventar, producir y llevar adelante causas en una justicia intoxicada de corrupción, intereses políticos y corporativamente peligrosa, armas utilizadas por los sectores económicos más dominantes con prácticas que se tornaron habituales.
En primer término las investigaciones con datos falsos -no importa la veracidad de los hechos- porque una vez instalado el tema en la gran mayoría de los medios gráficos, radiales, digitales y televisivos de los que disponen, lo que se denomina persecución mediática, comienza el armado de causas y la persecución judicial.
Mientras no se modifique el status quo de estos dos sectores, mientras no exista una igualdad de condiciones en la distribución de la información, sino hay un verdadero poder judicial ecuánime para todos los habitantes, será muy difícil torcer el destino de nuestro país.
No es mediante armas, es a través de la formación de opiniones, la generación de odios direccionados hacia sectores políticos en la población que se definen hoy los destinos de un país, en este caso el nuestro.
Lo que no debe llamar la atención y ahí es donde se debe hacer el ejercicio de la Memoria, es que siempre son los mismos sectores de la sociedad los que se benefician con el usufructo de estas dos poderosas armas. No son otros más que la ultra derecha, la derecha moderada o los furgones de cola que hoy tienen disfrazados en un partido político.
Desde el último golpe militar hasta la actualidad pareciera que no hubiéramos cambiado absolutamente nada en materia económica en la Argentina, pero sin embargo no fue así.
Si verdaderamente queremos un país, con Memoria, por la Verdad y la Justicia, no debemos perder de vista el horizonte.
Sin Justicia, no puede haber una verdad certera, y la Memoria no debemos permitir que la escondan debajo de la alfombra, como intentaron hacer con los próceres, canales interactivos, destruyendo monumentos, y cambiando organismos que justamente tienen que ver con la equidad en la información que le llega a la población, llamativo no?
La presencia del FMI en nuestro país, es siempre en perjuicio del pueblo. La última dictadura militar fue un clarísimo ejemplo de eso, dejando un país en ruinas, también lo hizo el gobierno anterior acudiendo al peor organismo internacional si de economía hablamos.
Tras este acuerdo alcanzado en los últimos días, muchísimas son las diferencias en la coalición gobernante y no es para menos. Se puede coincidir o no en que había que acordar o el abismo estaba al caer, lo que también se debe tener en claro es que no será el medicamento más recomendado para salir de una inmensa crisis económica tras una pandemia y luego de tener un gobierno que endeudó a cien años y a mansalva a todo un país.
Es el momento en que todos los que piensan en que un país mejor es posible, donde haya trabajo, educación, seguridad, igualdad de condiciones, salud y bienestar en el pueblo, discutan todo lo que quieran discutir, disientan y opinen como salir de esto. Es su deber hacerlo.
Como cuando uno va a pescar y tiene que luchar con un gran pez, que la caña se doble todo lo que tenga que doblarse pero que no se rompa. Es preferible perder un pez que perder la caña. Es preferible perder una batalla, pero que la unidad sirva para no regresar a lo más oscuro de nuestro país. Hoy la imposición no es por las armas, es por la generación de opinión pública en la sociedad que lo traduce en las urnas.
Esa es una batalla que venimos perdiendo como comunidad, pero a veces es tanta la cruel realidad que no se puede esconder ni con todo el poder hegemónico, ni con un poder judicial viciado de nulidad, ni con el crédito más grande de la historia otorgado por el FMI para ganar una elección.
Que ahora lo debemos pagar es cierto, como también que los responsables de tamaña catástrofe económica paguen sus consecuencias.
No perdamos de vista el horizonte, por la memoria de todos los que quedaron en el camino pensando en una Argentina mejor, por los que aun seguimos buscando, por esas madres asesinadas y esos hijos arrebatados injustamente, por los que están y tienen grabado a fuego el daño recibido.
Por el futuro de nuestra Argentina, es necesario que Nunca Mas, sea realmente Nunca Mas a las sangrientas dictaduras, los sangrientos y devastadores planes económicos que nos sumergen en una sociedad terriblemente injusta.