CRISTINA ES DEL PUEBLO, CUIDÉMOSLA


El solo hecho de ver las imágenes del momento en que aparece esa pistola a centímetros de la cabeza de la líder política más importante del continente americano, como sin dudas es Cristina Fernández de Kirchner, genera escozor. Una sensación de escalofrío que se traslada por todo el recorrido del cuerpo para quienes sentimos en ella la máxima representación política de nuestra existencia.
Estupefacción, seguida de impotencia y una necesidad imperiosa de salir por donde sea a manifestar no sólo el rechazo a ese acto feroz de violencia que intentó quitarle la vida, sino la demostración de la inquebrantable capacidad de movilización de un pueblo que sabe y vivió este tipo de secuencias a lo largo de la historia de nuestro país. Muchas veces quisieron extirparnos, saquear nuestros ideales de una justa distribución de la riqueza existente en la Argentina, no es la primera vez que lo hacen, y eso derramó mucha sangre.
El incentivo brutal del odio indiscriminado que llevan adelante los medios hegemónicos, con nombre debemos decirlo quienes amamos esta profesión, que son el grupo Clarín con una cantidad impresionante de repetidoras, canales, radios, medios gráficos y un gran negocio en telefonía celular, más el grupo La Nación, efectúan sistemáticamente e inducen a la población a formar una determinada opinión sobre temas que imponen en la agenda mediática y pública, acompañado esto por la connivencia de un poder absolutamente sospechado y tendencioso como la Justicia, generan el caldo de cultivo ideal para ejecutar lo que se denomina Lawfare. Esto solo lo vamos a ver reflejado en dirigentes políticos que se identifican con ideas populares, distributivas, de justicia social y no en quienes profesan ideales ultra conservadores de la derecha.
No es una situación propia de la Argentina, ni hechos aislados que suceden en nuestro país, son determinaciones impuestas por un país extremadamente dominante, en colaboración con grupos económicos acaudalados internos y externos-llámese poder real-, que aspiran como fue a lo largo de la historia a una flexibilización de la clase trabajadora, sin derecho a reclamar condiciones dignas y salarios que le permitan vivir en plenitud. Esos intereses extranjeros son movilizados por una economía mundial que se transformó en una máquina de expulsar del sistema a millones de personas, un capitalismo salvaje que no pretende detenerse, por el contrario seguir acumulando riquezas, que son las que demuestran la capacidad de poder de un país o una región.
La Argentina está atravesando ese estado, ya lo pasaron varios países latinoamericanos y se intenta lo mismo en el nuestro, un país estratégico del Cono Sur, en disputa entre varios imperios aunque la hegemonía que tenía el país del Norte sobre nuestro Continente está siendo amenazada por dos de los países más poderosos de Europa-Asia y Asia Oriental y es clave para entender muchas de las situaciones que atravesamos.
La perdida de los gobiernos populares a lo largo de la historia Argentina, no fue por gente que despertó una mañana con ganas de quitar a un Gobierno, siempre hubieron intereses de sectores económicos internos, inducidos por los externos, ayudados por sectores políticos y militares anti patria, aunque el cinismo que profesaban y profesan los llevan a manifestar todo lo contrario.
En virtud de la delicada y extrema situación que se produjo con el intento de asesinato de la figura política más grande de la Argentina desde Perón a la fecha, es urgente y necesario que se adopten medidas que tiendan a frenar como primer punto los discursos de odio en los medios. Informar, difundir y hacer reflexionar a la población respecto este tipo de expresiones, lo que significa el Lawfare, explicar la metodología que utilizan para desinformar y trasladar masivamente a la comunidad informaciones falsas y para ello es perentorio que se tomen decisiones gubernamentales en beneficio de la población en general. Una certera aplicación de una Ley de Medios que descansa en letra muerta, una depuración inminente de la toxicidad existente dentro del Poder Judicial, donde se escudan los intereses minoritarios, pero ultra poderosos de la Argentina, como hizo Clarín con medidas cautelares que no favorecen sus pretensiones.
Hoy por milagro podemos seguir teniendo entre nosotros a Cristina Fernández de Kirchner. El pueblo le ha manifestado su clamor popular en las calles de casi todo el país, pero ellos no entienden ni de amor, ni de líderes populares. Ellos pretenderán cumplir su objetivo, que es sometimiento y dominación del pueblo para la satisfacción de los intereses foráneos. No les alcanza con el FMI, no les alcanzó con un gobierno que nos destruyó por décadas en solo 4 años, no les alcanza con tener de cómplices a la Justicia y los medios hegemónicos, porque no se puede eliminar un sentimiento tan primigenio como la raza humana, que es el amor. Ese sentimiento lo genera en la clase política solo una mujer llamada Cristina Fernández de Kirchner y por eso pretenden quitarla del camino. Cuidémosla.